“A Saul Fajardo se le aplicó la ley de fuga y ayer recibió cepultura en el cementerio Central“

Así, lacónicamente, rezaba el comunicado del presidente Urdaneta Arbeláez. EL TIEMPO, por su parte, en la edición del 3 de diciembre de 1952, bajo el régimen conservador de Laureano Gómez, publicó así la noticia:”Saúl Fajardo fue muerto a tiros en las puertas de la Cárcel Modelo el martes.“(..) y Agregaba:”el suboficial del ejército disparo sobre él cuándo impedía la fuga hacia el sur. (..). A las 6 pm, del día dos (2) se produjo el hecho (..).

A Jaime Rivas Niño, 18 años, cabo segundo del ejército, Escuela Blindada, servicio en la policía militar, natural de pasca (Cundinamarca), se le asignó para aplicar la ley de fuga a fajardo. En su primera declaración y ante el Tribunal juró y expresó lo siguiente:”le hice cuatro disparos de fusil y cuando la carga se me acabó dispare por dos veces el revólver.”(..).

Laureano Gómez ya exiliado en España después del 13 de junio, en carta enuviada desde Barcelona, para evadir su responsabilidad, decía que los asesinos del exguerrillero liberal eran el presidente encargado y el comandante del ejército. Teniente General Gustavo Rojas Pinilla.

El régimen conservador de Laureano Gómez se propuso liquidar el régimen liberal a su gobierno totalitario; se aplicó desde el estado una sistemática persecución y eliminación física de todos los liberales y demócratas a los que se les aplica la Ley de Fuga entre los cuales se pueden mencionar, entre muchos a Guadalupe Salcedo, Cheito Velásquez, Jacobo Prias Alape, el Capitán Tito Orozco. En este contexto represivo se promovió la consigna: ¡Aplastad al Cachiporro de Yacopí !

El 2 de diciembre de 1952, aproximadamente a las 6 de la tarde, el cabo Jaime Rivas sin dudarlo un instante tomo respiración y levanto el fusil belga calibre punto 30 para apuntarle a la figura de Saúl Fajardo que se alejaba con pasos lentos. Luego a una distancia de 18 metros, este comenzó a caminar rápidamente y el Cabo Rivas supuso que soltaría la carrera para fugarse.

El Cabo Rivas, jovencito de 18 años apostado frente a la Cárcel Modelo, acertó el primer tiro, luego disparo con frialdad el segundo y nuevamente acertó en el cuerpo tambaleante del exguerrillero. Para asegurarse de su puntería el cabo Rivas disparó otras dos veces. Y cuando se le agoto la carga del fusil, de inmediato saco su revólver y apunto al cuerpo inerme de Saúl Fajardo ya en tierra y, para darle cumplimiento a la Ley de Fuga, le hizo dos disparos más a quemarropa. El cabo Rivas declaró ante la periodista:

-Tuve que dispararle pues quería fugarse. Era mi prisionero, Yo cumplo órdenes.

Este acontecimiento, lo presenció y lo describió asó el Periodista Felipe González Toledo:

“El 2 de diciembre de 1952,a las 6 de la tarde mi amigo,

el fotógrafo Sady González le tomaría la última fotografía

a Saúl Fajardo, Frente a la Cárcel Modelo. Imagen

dramática como son las imágenes de la muerte:

estirado en el sueldo vestido de negro como si

alguien lo hubiera colocado al lado de la cabeza

y sus ojos cubiertos por gafas oscuras.

Lo acompañaban un corrillo de cinco

guardianes de la Cárcel Modelo, dos de ellos con

sus fusiles agarrados por la boquilla y las correas

, las culatas en tierra. Ninguno de los guardianes

miraba el cadáver de Saúl Fajardo, sus miradas

estaban fijas en el foco de la cámara. Un hombre

vestido de blanco, debía ser un enfermero,

se alistaba para el levantamiento del cadáver.”

(Felipe González Toledo. Semanario SUCESOS, Bogotá.1993.)

A Saúl Fajardo lo hizo guerrillero la terrible muerte de su padre. Era los días del odio y de la violencia partidista. En la noche, pasos asesinos rodearon la casa paterna. Y lejos, en un subterráneo donde aparecía fulgurantes las esmeraldas gotas de aceite, allí amarrado su padre le fue leída la sentencia: se le aplicaría el tormento de la tortura y ocho días después sería ahorcado, a las 8 en punto de la mañana (…) cuando descolgaron el cuerpo, le rociaron gasolina y lo incineraron, Así fue la muerte de su padre.

Saúl Fajardo se convirtió en jefe de las guerrillas liberales en el noroeste de Cundinamarca debido a su ascendencia en los diversos sectores del pueblo. Antes presencio la destrucción total de su farmacia en Yacopí, su pueblo natal. Cuando se alzó en armas tenía aproximadamente 32 años. Esas guerrillas que antes había tomado la basé aérea de Palanquero la noche del 31 de diciembre de 1952 fueron duramente reprimidas por las fuerzas del régimen conservador. Saúl Fajardo, acorralado, busco asilo en la embajada de Chile, a mediados de Marzo de 1952. El diplomático y poeta chileno Julio Barrenechea, quien tenía por entonces la representación de su país en Bogotá, le concedió asilo provisional en razón de los acuerdos internacionales vigentes.

Para abocar el conflicto diplomático internacional del asilo a Saúl Fajardo una junta de notables políticos conservadores fue convocada por Abel Naranjo Villegas. Acude a las citas entre otros, Álvaro Gómez Hurtado, director de El siglo e hijo del presidente Laureano Gómez.

A propósito de esta reunión, el guerrillero liberal asediado y preocupado por su angustiosa situación, escribe:”Se estudió la manera de ponerle términos a mi asilo entregándome en manos de los funcionarios del Ministerio de las Relaciones Exteriores bajo el compromiso de responder por mi vida.” “Cuenta Fajardo que mientras la reunión transcurría”los detectives en número de 100 acompañados por agentes equipados y uniformados, casi se metían dentro de la residencia. Por sobre los tejados, azoteas y paredes divisorias, andaban como gatos para impedir que me escapase a buscar la manera de “afrijolarme un par de balazos”.

Saúl Fajardo siente que su suerte y su vida están definidas cuando recibe la noticia tan esperada: “El asilo me ha sido negado“(…) son las doce y media. A las cuatro se verificaría mi entrega y luego mi traslado a la penitenciaria de la Picota”… (Diario de Saúl Fajardo).

El día 14 de abril de 1952, en las horas de la tarde, Saúl Fajardo fue entregado a las autoridades Colombianas. Durante la etapa de instrucción, Fajardo estuvo preso en la cárcel de la Picota, Luego fue enviado al panóptico de Tunja[1] y de este establecimiento regreso a la Picota, cuando se iniciaron las sesiones del tribunal castrense que lo juzgo en las cuartelas de Usaquén, una hora antes de que el fotógrafo Sady González le tomara la última fotografía, Saúl Fajardo salió en compañía de seis presos del cuartel de Usaquén, Acompañados de dos suboficiales. El vehículo se detuvo frente a la guardia de la Cárcel Modelo.

En su testamento, Aventuras de un pobre diablo, escrito en los días de asilo en la embajada de Chile, Fajardo, en algunos apuntes, dice:

“Abril 4 de 1952 Son las nueve y media de la

mañana. Ya vendrán por mí. Escucho el tropel y la

algarabía de los oficiales que habrán de

enterrar sus gorras en mis carnes, poco acostumbradas
a la tortura y al flagelo.
¡Son las diez de la mañana! ¡No han venido pero vendrán!

Mi pensamiento viaja en el

viento para recoger en medio del torbellino loco de la desesperación,
todo el recuerdo de aquellos días
de juventud y de tragedia.

¡Ya vienen! (…) El asilo me ha sido negado son las doce y media del día.
A las cuatro se verifica mi entrega
y mi traslado a la penitenciaria

de la Picota (sic)”.

Así, Saúl Fajardo cumplió su sentencia: Condenado a muerte por la dictadura conservadora. El gobierno que lo asesino lo sepulto al día siguiente en el cementerio Central: Placa N 15-28. El simbolismo de su vida refleja en el mármol un fusil partido que expresa su lucha por la diosa que tanto amó!.

BIBLIOGRAFIA

Linares U. Heliodoro,”Estrategia militar movilidad táctica de las guerrillas de Yacopí”

Vásquez Santos, Jorge. Guerrilleros buenos días, Bogotá. Editorial ARGRA. 1953.

Fajardo, Saúl, Aventuras de un pobre diablo

Estrado Monsalve. El 9 de abril en Palacio.

Cadena Rivera Víctor. El Teniente Cobra. cómo se tomatón las guerrillas la base aérea de Palanquero. Bogotá. Tercer Mundo Ediciones.1977.

Bogotá, Junio 25 de 2020

[1]           El panóptico de Tunja fue la más celebre y tenebrosa cárcel del país al lado del panóptico de Bogotá (hoy sede del Museo Nacional. Se obligaba a los detenidos políticos a dar vuelta al patio del penal durante 30 horas, atados de pies y manos, bajo golpes, insultos y escupitajos de los policías. En este tenebroso lugar fueron presos Raúl Eduardo Mahecha, el dirigente obrero de Barrancabermeja, Floro Piedrahita el fotógrafo social más conocido en Barranca y en el país en la primera mitad del siglo pasado, y muchos dirigentes y sindicales de la Unión Obrera (después Unión Sindical Obrera, USO) y del Partido Socialista Revolucionario, PRS. Quizá el preso más famoso del lugar fue Saúl Fajardo, después de tres consejos de guerra y condenado a 40 años de cárcel. Allí Fajardo contaba a los otros presos cuentos de hadas, de aparecidos fantasmas que habitaban en el Panóptico. En cada historia o fabula Fajardo introducía la moraleja política .

Publicado en Revista No. 13 - 14, Sociedad

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